viernes, 29 de octubre de 2010

La Gran Sabana y sus saltos

La Gran Sabana, en el estado Bolívar, es uno de esos lugares especiales que diferencian a Venezuela de muchos otros países. El hecho de estar en una de las formaciones rocosas más antiguas del planeta otorga a sus paisajes unas características muy especiales entre las que resaltan los tepuyes y los desniveles que se forman en el territorio, originando cataratas y saltos de agua.

Al viajar hacia esa impactante y cautivadora realidad nacional hay que contar que el kilómetro 0 comienza en El Dorado, y a partir del kilómetro 119 se empiezan a ver las cascadas de Salto El Danto de 35 metros de altura, en una especie de garganta escalonada y llena de vegetación. Siguen los encuentros fluviales hacia el sur con los rápidos de Kamoirán en el kilómetro 171 de la carretera, los que desembocan en la corriente del río Mazaruni que a su vez confluye con el Esequibo.

Más adelante, en el kilómetro 201 hay que detenerse a observar uno de los saltos más impresionantes de la Gran Sabana: el Kama, cascada de 50 metros de altura y está al lado de la carretera. Al principio sólo se observa un riachuelo manso que desaparece en el horizonte, pero al uno acercarse al mirador se aprecia el impresionante salto que deja boquiabiertos a los turistas.

Y justo en el kilómetro 238 está Quebrada Pacheco, uno de los saltos más conocidos de la Gran Sabana. Originalmente se le conoció como la quebrada Arapán y está formada por dos saltos al borde del camino, ideales para una parada refrescante.

La magia del paseo

Más hacia el sur, como buscando hacia Santa Elena de Uairén, fronteriza con Brasil, está otro salto no menos espectacular: Quebrada de Jaspe en el kilómetro 273. Aquí hay que caminar unos minutos para admirar una enorme laja de jaspe rojizo por donde cae un cauce que pareciera encantar los sentidos. La catarata es pequeña y uno se puede bañar en ella cuando no ha llovido mucho. Lo impresionante es que cuando los rayos del sol dan sobre el agua y la piedra de cuarzo cristalino, el color de la quebrada se torna rojo brillante. Con cuidado uno puede caminar unos metros por la laja, pero es resbaladiza así que es mejor llevar zapatos adecuados.

Ciertamente desde Jaspe hacia Santa Elena no hay muchos más saltos impresionantes pero si uno toma el desvío hacia Kavanayén en el kilómetro 147 de la carretera transamazónica, se puede llegar a otras cascadas espectaculares: Aponwao y Toron-Meru.

Para llegar al salto Torón hay que desviarse en el kilómetro 23 de la vía a Kavanayén, y luego, sólo en rústico, se recorren 17 kilómetros cruzando dos ríos y varios pantanales. La cascada tiene 75 metros de altura y es una de las más atractivas de la Gran Sabana.

El Aponwao o Chinak-Merú me parece el salto más impresionante de toda la Gran Sabana porque para llegarle hay que abordar una curiara en el caserío indígena Iboribo. Allí comienza un emocionante recorrido de 25 minutos por el río para llegar al mirador del salto, desde donde se aprecian sus 105 metros de caída libre. Además, puedes bajar al pie del salto y tomar las mejores fotos para el recuerdo. La vía hacia el Aponwao queda en el kilómetro 34 de la carretera hacia Kavanayén y está bien señalada, pero necesitas un doble tracción para llegar hasta el poblado porque hay varios arenales.

PARA PASARLA FINO

CÓMO LLEGAR

Desde Caracas hasta Santa Elena de Uairén, capital del municipio Gran Sabana del estado Bolívar, hay 1.500 kilómetros aproximadamente. La carretera se comienza a contar en el pueblo de El Dorado, famoso por el penal. El paisaje cambia de selva a sabana a partir del kilómetro 130 cuando comienza el espectáculo de tepuyes y valles vírgenes. Santa Elena, población limítrofe con Brasil, está en el kilómetro 315.

DÓNDE ALOJARSE

Hay muy buenas posadas y hasta hoteles en Santa Elena de Uairén. Es buena idea dormir en uno de ellos y usarlo como base de operaciones desde donde podrás recorrer la Gran Sabana en varios días

Fuente: Últimas Noticias.

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